viernes, 19 de septiembre de 2008

Explicar el dolor es una tarea generosa.


Shakespeare ha escrito en El mercader de Venecia.
The quality of mercy is not strain’d; It dropped as the gentle rain from heaven Upon the place beneath: it is twice bless’d; It blesseth him that gives and him that takes; ‘Tis mightiest in the mightiest; it becomes The throned monarch better than his crown; His sceptre shows the force of temporal power,The attribute to awe and majesty,Wherein doth sit the dread and fear of kings; But mercy is above this scepter’d sway, It is enthroned in the heart of kings, It is an attribute to God himself; And earthly power doth then show likest God’s, When mercy seasons justice.
Therefore, Jew, Though justice be thy plea consider this That in the course of justice none of us Should see salvation: we do pray for mercy.
La piedad no es forzada, no se puede doblegar.
Se deposita como la granuda lluvia desde el cielo a la hierba y es dos veces bendita.
Beneficia a quien la concede y a quien lo percibe.
Es más poderosa en los más potentes, construye al monarca mejor que su corona. Su cetro muestra la fortaleza del poder temporal.
Desde ese atributo de la majestad procede el temor y la reverencia a los reyes. Pero el perdón prevalece sobre la soberanía del cetro.
El trono de la piedad se erige en el corazón de los reyes, es un atributo de Dios.
Cuando la clemencia modera la justicia, en ese momento el poder terrenal es más parecido al de Dios.
Entonces, Shylock tu que eres judío, aunque tu reclamo sea justo, ten esto en cuenta: ninguno de nosotros debería ver la salvación en la justicia.
Hagamos nuestras oraciones por el perdón.
El afán y la porfía destinada a entender el dolor y sus claves es pura piedad.
Es una forma sutil de otorgar a los humanos, misericordia y piedad para sobrevivir a los instantes inquietos del daño.
La actividad investigadora sobre el dolor es una tarea dotada de un encanto mágico.
Se desconocen en mucho los procesos por los cuales, llega a circular el flujo de malestar doloroso por el organismo individual. Esta carencia hace muy difícil prevenir modificar y evitar los procesos de sufrimiento.
Sentimos que el dolor es frío, que no mantiene con nosotros ninguna piedad ni muestra ningún reflejo de clemencia.
No obstante desde la antigüedad, todos los pensadores serios que en el mundo han sido han proporcionado, atisbos de respuestas a esta inquietud, estableciendo procedimientos en la voluntariedad del individuo para defenderse del dolor y exprimirle alguna propiedad apiadante.
Ya desde los clásicos griegos se empezaron a formular preguntas al respecto, fuera de la mitología, y proporcionaron Paradigmas lógicos y científicos, para extraer realidad, donde los sentimientos proporcionaban recetas mágicas.

No hay comentarios: