El paradigma físico energético.
Estamos abocados al dolor por el propio desorden ordenado del universo.
Estamos abocados al dolor por el propio desorden ordenado del universo.
Los fluidos energéticos perjudiciales propios del sufrimiento proceden de lo material y sus transformaciones físico-químicas; están en potencia desde siempre y durarán en sus capacidades hasta siempre.
Esto lo expresaron con clarividencia los sabios científicos desde el inicio de la época ilustrada instruyendo al corpus de la ciencia con las leyes de la termodinámica.
Primera ley de la termodinámica. Que de modo jocoso se podría expresar del siguiente modo. “No hay nada nuevo bajo el sol“. También conocida como principio de la conservación de la energía. Fue propuesto por el físico Antoine Lavoisier. Y se enuncia del siguiente modo: La energía no se crea ni se destruye sólo se transforma.
De aquí se deriva que no sólo las energías sino también los trabajos fisicoquímicos que activan el cuerpo humano se transforman en acciones y reservas de placer o dolor.
Es por ello que podemos confiar esperanzadamente que, los fluidos energéticos causantes del daño a lo largo del tiempo cesen en sus incrementos disminuyan y se disipen.
Es por ello que podemos confiar esperanzadamente que, los fluidos energéticos causantes del daño a lo largo del tiempo cesen en sus incrementos disminuyan y se disipen.
Es muy importante a lo largo de estos procesos, conservar integro sin destrucción el cuerpo receptáculo del dolor.
Segunda ley de la termodinámica. Esta ley indica que en un sistema aislado, el cual no intercambia materia ni energía con su entorno, la entropía o el desorden en un sistema, siempre habrá aumentado y nunca disminuye, como mucho se mantiene invariable por un periodo de tiempo limitado.Este principio fue enunciado por El físico Nicolas Léonard Sadi Carnot en 1824.
Derivado del principio de entropía, la energía tanto dolorosa como la energía placentera, las cuales interactúan en un cuerpo humano, siempre disminuyen o se incrementan una u otra a lo largo de la vida.
Así pues, los fluidos energéticos propios de los padecimientos desagradables, están presentes en el individuo humano, durante toda la vida, y tienden a incrementarse para disminuir el orden inicial esforzado de los fluidos de salud, salvo que se apliquen fuerzas exteriores al sistema corporal.
Tercera ley de la termodinámica. Que de modo risueño se puede enunciar “Hasta el rabo todo es toro”. Propuesta por el físico Walther Nernst, el cual afirmó, que en un sistema físico, es imposible alcanzar una temperatura igual al cero absoluto mediante un número finito de procesos físicos.
Esto implica que siempre queda aunque sea de forma muy mínima cierta energía para el dolor o el placer en el sustrato del Yo humano corporal durante el tiempo que dure el universo.
Sabemos que la causa del dolor es específica del fluido perjudicial improvidente de las energías que circulan por las neuronas. Conocemos que el dolor solo es aplicable a la naturaleza animal o humana y no es transferible a otros circuitos naturales extra neuronales.
El dolor procede bien por el estancamiento de energías que deben circular por el cuerpo, bien por la pérdida de energías que le benefician o también por la intrusión en el organismo de energías agresivas que lo maltratan.
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