lunes, 15 de septiembre de 2008

El dolor que no cesa.




LA INSTALACIÓN DEL DOLOR.
El dolor es una experiencia compleja y multidimensional que abarca funciones perceptivas, emocionales y conductuales.
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe? Baltasar Gracián.
Cuando se instala en el individuo el dolor, este quiebra y maltrata la dignidad de la persona utilizando las armas emocionales de la desesperación y la locura tiránica por su prevalencia.
El dolor destruye todo proyecto, envicia las motivaciones, perturba los entendimientos, clava en la memoria mensajes perversos y en suma desbarata la personalidad genuina y espontánea del ser humano.
Le priva en su continuo malestar presente de su dignidad, le priva de su libertad y su hermosura.
HAY QUE VENCER AL DOLOR.
Cuando las fuerzas emocionales y mentales pueden enfrentarse a las batallas del dolor, sucede que el individuo se especializa emocionalmente en obtener sentimientos de placer y autoestima, desde el entorno social que le rodea, como mecanismo de compensación de la desestructuración del autoafecto que le produce el sufrimiento, porque este le roba toda autoestima interna.
Así pues todo sufriente elabora un lenguaje simbólico lleno de desesperación y aporta a su entorno señales de aprecio para ser compensado por el agradecimiento o la compasión de los cercanos.
Los sujetos dolientes ante la ofensa que les provoca el dolor pueden envilecerse o nobilizarse.
El núcleo del camino emocional ante el dolor, viene dado según el mecanismo de compensación con el entorno social que se desee llevar a cabo desde un punto de vista ético.
Los hay que se compensan con el agradecimiento de los demás y los hay que se compensan disfrutando de un placer sádico de agredir a los demás.
LA COMPENSACIÓN DEL DOLOR EN KAFKA.
Los diarios escritos por Kafka pueden leerse como una historia clínica. Él describe de forma permanente un dolor corto y punzante sobre su ojo derecho. “Esta mañana apareció por primera vez", decía el escritor checo en 1915. A partir de 1913, el autor empieza a sufrir unos dolores de cabeza periódicos e intolerables. Tanto en sus diarios como en sus escritos aparecen declarados dolores tan intensos como una tortura. "Kafka se siente como si le clavasen cuchillos y agujas o le atravesasen flechas". La obra literaria de Kafka expresa de continuo en un permanente rittornello, el mensaje del sinsentido del dolor.
Que se presenta arrogante y de forma caprichosa transformando al individuo en una necedad. Tal es el caso de la “Metamorfosis” donde el bueno de Grigori Samsa se encuentra al amanecer convertido en un insecto repugnante.
Por otro lado sus relatos expresan de forma misteriosa su permanente queja ante la aleatoriedad de escogimiento del dolor sobre los seres humanos.
Hecho que así se refleja en el texto del “Proceso”.Cómo una mañana cualquiera, uno de nosotros se encuentra inmerso en una causa judicial desconocida de la que somos culpables de inicio.
La dinámica comunicacional de su obra escrita es profundamente agresiva contra su posible lector, de continuo larga rasgos empáticos de desesperación contra el receptor de sus mensajes.
Es por ello que en los instantes previos a su muerte y en un rasgo de remordimiento ordena a su amigo Max Brod que destruya todo su acervo escriturístico.
No obstante en sus correspondencias con Milena y Felice los dos seres femeninos objetos de su amor se muestra compensador de su dolor galante y provocador de compasión.
CUANDO EL DOLIENTE SE AUTODESTRUYE.
Michael Grinter, de 40 años, enfermo de trastorno bipolar, explicó en una reunión en Londres que tardaron ocho años en diagnosticarle su dolencia.
Sus primeros síntomas fueron de carácter depresivo, para luego pasar a una fase maníaca y retornar de nuevo a la depresión. "Mi enfermedad resultaba muy desconcertante porque los periodos de depresión o de euforia eran muy irregulares. Pero la enfermedad ha destrozado mi vida. He perdido el trabajo y tengo una deuda contraída de más de 20.000 libras esterlinas por comprarme en la fase maníaca un reloj Rolex y un coche BMW. Sobrevivo con la ayuda de mi familia y amigos y estoy estabilizado gracias al tratamiento médico".
En este caso se observa el autoenvilecimiento de la persona que se bifurca de si mismo se proyecta en alguna parte suya disociada y tiende a destruirse junto con su familia en un placer sádico estéril que no le resuelve su situación. Al final escoge el camino de obtener heteroestima de sus cercanos aportándoles beneficios sentimentales sublimados.

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