sábado, 15 de noviembre de 2008

El correlato físico del dolor emocional.

Los sistemas neuroendocrino, neuroinmune, neurovegetativo, y los ritmos circadianos, todos ellos con sede en el sistema límbico del cerebro, influyen directamente en el dolor y la expresión de emociones.

Actualmente la práctica totalidad de los psicofármacos, se dirigen a intervenir en el sistema límbico.

El correlato del dolor es la pérdida de secreciones internas, que producen equilibrio emocional.
  • Todo dolor causa, emociones negativas, como agresividad o miedo
  • Toda recepción, de resonancias emocionales agresivas, de los individuos colindantes, genera desarreglos endocrínicos.


Las bases neurobiológicas de la agresividad, se hallan en la corteza prefrontal y en la amígdala del cerebro.

  • La amigdala cerebral, es la estructura neuronal dominante, en la modulación de la violencia.
  • La amígdala y el hipotálamo trabajan en estrecha armonía, y el comportamiento de ataque o agresión, puede ser acelerado o retardado según sea la interacción, entre estas dos estructuras.
  • Se ha comprobado en laboratorio, que el estímulo eléctrico de la amígdala, aumenta todos los tipos de comportamientos agresivos.
  • La corteza prefrontal actúa como freno ante los impulsos agresivos. Ciertas investigaciones informan que personas violentas, psicópatas y gente condenada por asesinato, tenían una reducida actividad en la corteza prefrontal.
Los niveles de serotonina, en el organismo tienen una influencia directa, sobre los estados de ánimo.
  • Se ha demostrado según recientes investigaciones, que reduciendo los niveles de serotonina en el organismo, aumentan los comportamientos violentos
  • Se ha comprobado, que al incrementar los niveles del neurotransmisor serotonina, disminuyen las agresiones.
  • Se han detectado, niveles bajos de serotonina en el líquido espinal cerebral, de individuos, que se suicidaron de una manera violenta.

Además de la serotonina, otros neurotransmisores están implicados, en el gobierno de las emociones.

  • Los principales, son las endorfinas, la acetilcolina, la noradrenalina, la dopamina y el ácido gama-amino-butírico (GABA).
  • Se sabe a ciencia cierta que, la impulsividad y el descontrol emocional, se relacionan directamente, con un déficit de las endorfinas ya mencionadas.

Las glándulas endocrinas de secreción interna, también son capaces de liberar hormonas, que influyen en la conducta emocional del individuo, como la hormona del crecimiento, la tirotropina, las gonadotropinas, los estrógenos, la progesterona y, en lo que atañe a la agresividad, especialmente la testosterona y la vasopresina.

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