sábado, 27 de diciembre de 2008

El miedo como epifenómeno de todo dolor emocional.

Se debe considerar al miedo como un hecho real que se manifiesta como cobertura de cualquier dolor.


El miedo es un hecho constatable en el discurso de todas las personas, es comunicable, así pues se puede pensar en él de manera clara.


El miedo muestra rasgos somáticos y vivenciales distintos en cada intrahistoria de los seres humanos.



El miedo es procesado y elaborado en el hipotálamo, la amigdala y el sistema límbico, por lo que resulta ser el primer indicador de la nocicepción del dolor emocional.


El miedo es una sensación de amenaza, es una perturbación angustiosa del ánimo causada por un riesgo, por un daño real o por un sufrimiento imaginario. El miedo es contagioso.



  • Muchas veces la turbación que provoca el miedo proviene de los sentimientos de recelo o aprensión, que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.

  • La carencia de miedo se muestra en la ejecución de actos inmotivados de riesgo y es considerado como imprudencia o temeridad.

  • El asumir la realización de actos arriesgados motivados por razones generosas es considerado como audacia o valentía.

Las señas externas que presentan los afectados por el miedo son, el susto y el espanto.


El Susto. Es la impresión repentina causada por miedo.



  • Esta sacudida mental se produce, cuando la información que proviene de los sentidos tanto la vista como el oído y otros, es procesada en el hipotálamo y el sistema límbico,

  • allí se detecta que la energía perceptiva que circula por las redes neuronales sensitivas es desmesurada.

El Espanto. Es el efecto de la demostración que ejecuta el acontecimiento que infunde miedo.



  • Cualquier sujeto intimidador que quiera inducir miedo, exagerará su figura corporal agrandándola para asustar al sentido de la vista del sujeto receptor del miedo.

  • También el amedrentador gritará y exagerará sus gestos y el lenguaje para asustar al sentido del oído.

  • Este fenómeno se puede apreciar en los machos que pertenecen a los mamíferos superiores cuando luchan por cortejar a las hembras.

Cuando un sujeto asustado no resiste las acciones de espanto que recaen sobre sí, adopta una respuesta de escape ante el miedo.



  • En ese momento el espantado padece un sobresalto que le hace rehusar o huir de aquello que considera gravemente dañoso y arriesgado, esto es el Pavor.

El Terror. Es un método expeditivo de justicia revolucionaria, por el cual se suspenden todas las leyes que aportan seguridad a los individuos de una sociedad, provocándoles un pavor que facilita su posterior coacción.


La cantidad de miedo frente al riesgo y su duración genera diferentes inquietudes.


Según las expectativas de riesgo débil surge la vivencia de duda.



  • Esta se presenta como una suspensión o indeterminación del ánimo entre dos gestalts cognitivas, acerca de una noticia.

  • La duda genera un bucle de energía psíquica que circula de una gestalt a otra sin descanso.

Sí la posibilidad de riesgo que sufre el asustado es de una intensidad mediana y el estado de duda prevalece, aparece la incertidumbre,



  • Que es el desapego de la mente de algo concebido como cierto.

  • La incertidumbre es un gran golpe de energía psíquica asustante, que el hipotálamo y el sistema límbico han inyectado en el cerebro cortical, de tal manera que allí se rompen las redes neuronales que establecían gestalts sólidas cognitivas.

Sí la perspectiva de riesgo que sufre el asustado es máxima entonces aparece la perplejidad.



  • Es la confusión provocada por una muy alta incertidumbre que lleva a actitudes de irresolución.

  • El alto embolsamiento de energía psíquica provocado por la gran incertidumbre, no puede ser descargado en alguna respuesta externa, porque impregna de manera igualitaria a todas las respuestas y sus consiguientes inhibiciones.

  • Así pues se establece un estupor en el núcleo cortical decisorio.

  • En ese momento se inicia un nuevo bucle que dirige la energía desde el núcleo cortical decisorio perplejo hacia la memoria embotándola, para que a su vez las redes memorísticas redirijan la energía de nuevo al núcleo decisorio.

La cantidad de miedo frente a las amenazas junto con su duración genera diferentes inquietudes.



  • La sobrellevanza es soportar el leve desdén ofensivo, supone aceptar el miedo que propicia el despego menospreciante de algún cercano. Todo desdén daña las Gestalts de autoestima del sufriente.

  • La resistencia consiste en no aceptar el miedo derivado de las amenazas causadas por las intimidaciones ajenas. La intimidación es el artero arte de infundir angustias en el prójimo.

  • La rendición es vivenciar la ruina sucedida en la propia salud moral de un individuo, favorecida por el padecimiento de las vulneraciones ejecutadas por los acompañantes. El vicio de la vulneración radica en atormentar el ánimo ajeno, se fundamenta en la capacidad de excitar en un alma desemejante una pasión dolorosa

  • El acoso es un estado permanente de intimidación. Es la violencia que se hace a alguien para obligarlo a que diga o ejecute algo contrario a sus señas de identidad, con el objeto de provocar un remordimiento en su mente durante toda la vida.

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